Los P47D - El "Rayo" Mexicano

Por Héctor Dávila
Investigación de esquemas por Mardonio Islas
Ilustración por Ihuitl Maldonado G.

Articulo Publicado en tres partes:
Marzo - Abril 2005
Fuente: América Vuela - Número 101,102,103

Quizá no tan atractivo estéticamente como sus colegas de motor lineal de la Segunda Guerra Mundial, este poderoso caza es casi emblemático para muchos países latinoamericanos, especialmente para México, que lo empleó con su legendario Escuadrón 201. Hablamos, por supuesto, del Republic P-47D Thunderbolt (rayo).


En honor del Escuadrón 201 Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana se conservó en forma de monumento este Thunderbolt, y aunque a lo largo del tiempo ha sufrido varios cambios e incluso ha sido almacenado, lo presentamos aquí en su versión original, con un decorado “cuasi” servicio en Filipinas, con bandas de identificación blancas y negras pero sin la insignia norteamericana alternando con la mexicana. Se supone que se trata de la máquina 1003, aunque hay versiones que indican que puede ser la 1016.


Al principio de su carrera los P-47 de la FAM portaban un acabado metálico natural con superficies antirreflejantes verde olivo, en cuyas trompas rápidamente aparecieron las famosas “coronas” blancas, aunque el PZT-1003 aquí fotografiado definitivamente tenía dicha marca de color amarillo, ya que era el avión del líder de esa Sección. Este avión en particular, fue preservado y se encuentra actualmente en la Base Aérea #1 en Santa Lucía.

Enorme, masivo, rudo... tan pesado como un transporte Douglas DC-3 pero con espacio para un solo tripulante; capaz de alcanzar en picada velocidad más rápido que cualquier otro avión a hélice de su tiempo y dotado de un poder destructivo suficiente como para machacar una locomotora, pulverizar un edificio o hundir un destructor.

Es incluso difícil pensar que semejante peso completo, pudiera, además, medirse a gran altitud y velocidad, generalmente resultando victorioso, contra los mucho más ligeros y esbeltos Messerschmitt, Focke Wulf, Nakajima y Mitsubishi. De hecho el Republic P-47 Thunderbolt puede ser considerado como el primer caza-bombardero verdaderamente multirrol, concepto que se aplica en los actuales aviones de combate, pues era no sólo un gran caza-escolta de sorprendente alcance y un excepcional interceptor, sino también un avión de ataque al suelo mucho más poderoso que cualquier bombardero monomotor de su época, e incluso aún por encima de muchos bimotores.


Los Thunderbolt mexicanos tuvieron marcas muy llamativas, con bandas de colores en fuselaje y alas dependiendo la Sección a la que pertenecían (roja, azul o amarilla), grandes números económicos, el clásico “pétalo” o “corona” en la trompa y nombres individuales acompañados del llamado “nose art”, como es el caso de la máquina PZT-1012, bautizada “Fantasma” y con un dibujo del personaje de las tiras cómicas de igual nombre, perteneciente a la Sección Azul

Su diseñador, Alexander Kartveli, no proyectó a este famoso aeroplano desde un cuaderno en blanco, sino que se basó en diseños de Alexander P. de Seversky, como el P-35 y posteriormente el ya Republic P-43 Lancer, a los que literalmente “engordó” y desarrolló su musculatura, utilizando como tremendos “esteroides” el imponente y confiable motor Pratt & Whitney R-2800 Twin Wasp supercargado de más de 2,000 CV y el letal “punch” de ocho ametralladoras de media pulgada de calibre.

El ya de por sí fenomenal armamento de este avión se completó con la capacidad de llevar una tonelada de bombas y cohetes junto con una enorme cantidad de combustible, que con depósitos externos le permitía operaciones con alcances por sobre los 3,000 Kms. Y aunque el público norteamericano idealizó y glorificó la figura de su hermoso compañero de armas, el esbelto North American P-51 Mustang, el robusto P-47 se convirtió en el caza estadounidense más numeroso de la historia, habiéndose fabricado no menos de 15,683 ejemplares, desde el prototipo XP-47B hasta el P-47N, siendo la versión más abundante la P-47D, con 12,603 aviones construidos, de los que 25 servirían en cielos mexicanos...


Este P-47, marcado como el PZT-1009, luce un decorado muy limpio y sobrio, aunque el escudo del Escuadrón de Pelea 201 aún no está terminado, pues falta agregar la figura de un gallo de pelea en el centro.

Durante la Segunda Guerra Mundial, México participó en el esfuerzo bélico del lado de los aliados, siendo su intervención directa en el frente de batalla con la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM) y su legendario Escuadrón 201, que se capacitó hasta el nivel de excelencia en la operación del P-47D, tanto en la fábrica de la Republic en Farmingdale, Long Island, como en Pocatello, Idaho, donde los pilotos lograron excelentes calificaciones a finales de 1944, volando 18 Thunderbolt P-47D-28RA que la Fuerza Aérea del Ejército de EU (USAAF) les asignó en tres escuadrillas, a los que se les permitió, en algunos de ellos, pintar la insignia mexicana en una semi-ala y el timón tricolor, así como usar el color blanco de la unidad en los morros, por lo que estas aeronaves recibieron su primer nombre de cariño mexicano: las “palomas”, aunque posteriormente y durante su uso en México las llamaban comúnmente “Pecuas” por obvias razones (los norteamericanos apodaban al P-47 el “Jug”, que significa algo así como traste o jarra).

Cuando el Escuadrón 201 entró en combate en la fase final de la liberación de las islas Filipinas, sus aviones nuevos no estaban listos, por lo que tuvieron que usar 23 viejos aparatos prestados, ya muy volados y deteriorados, de los que sólo 7 eran P-47D-28 con cabina de “burbuja” para visión de 360º y los demás eran versiones del P-47D llamados “razorback” que tenían una cabina de “jaula” con menor visión.


Los últimos P-47D operativos, como todos los aviones monomotores tácticos en ese momento en la FAM, recibieron un esquema verde olivo, con marcas de identificación amarillas y en el empenaje el color del escuadrón, que en el caso del 201 era el verde claro, como se aprecia en esta magnífica instantánea a color, proporcionada por don Mardonio Islas.

En estos aviones prestados, la FAEM tuvo su bautizo de fuego y derramó su primera sangre, antes de empezar a recibir sus propios aviones P-47D-30RA en Biak, Nueva Guinea, y en Leyte, Filipinas, a principios de junio de 1945.
Para una reseña de la historia de la FAEM recomendamos el artículo “Escuadrón 201” de la edición # 80 del año 2002 de América Vuela, donde encontrará un trabajo detallado y profusamente ilustrado, ya que en esta ocasión nos avocaremos al uso del P-47 en la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) de la posguerra.

Por medio de la Ley de Préstamos y Arrendamientos de los Estados Unidos para sus aliados durante la guerra, México obtuvo créditos que le permitieron adquirir gran cantidad de equipo militar, desde artillería hasta carros de combate, incluyendo más de 250 aeronaves que permitieron una notable ampliación y modernización de la FAM.

A la FAEM se le asignaron 25 aviones P-47D-30RA nuevos, pero en el Teatro de Operaciones del Pacífico sólo recibió 23 por razones de logística, de los que al terminar la guerra sobrevivían 21 aparatos, incluidos 4 que no se llegaron a usar, mismos que no era práctico transportar a México, por lo que todos estos aeroplanos fueron puestos a disposición de la 5ª Fuerza Aérea norteamericana, con fecha 12 de octubre de 1945 a través del 45avo. Grupo de Servicio Aéreo y se entregarían otros aviones a la FAM en reposición.


Al final de sus días, en el 4º Escalón de Mantenimiento, el P-47D PZT-1011 espera tristemente la llegada del hacha... sólo dos aparatos pudieron ser preservados.

Casi al mismo tiempo que el personal de la FAEM era recibido en calidad de héroes, el recién ascendido mayor PA Radamés Gaxiola Andrade, veterano de las Filipinas, fue encomendado a dirigir la misión de traer los 25 flamantes P-47 que el gobierno norteamericano acordó entregar a la FAM, volando desde Laredo, Texas, hasta Las Bajadas, Veracruz, y de ahí a la capital de México, en cuatro tandas durante la primera quincena de noviembre, así que cuando la FAEM entró triunfante a la gran metrópoli, el 21 de noviembre de 1945, sus “caballos de guerra” ya estaban alineados en el glorioso campo de Balbuena, impresionando con sus brillantes e imponentes figuras plateadas al pueblo, ávido de las aventuras de sus jóvenes guerreros aéreos.

Sin embargo, los compromisos de los pilotos tras su regreso a la patria y los merecidos descansos tras la larga ausencia, así como algunos problemas con las condiciones de las pistas y el suministro de combustible adecuado para la voraz máquina de 18 cilindros, en conjunto hicieron que no se viera volar a uno de estos bólidos sino hasta el 13 de marzo de 1946, siendo esta primera operación del P-47 en cielos mexicanos nuevamente a manos del hábil mayor Gaxiola.

De acuerdo con los números de serie de los aviones entregados a México, todos fabricados en 1944, éstos eran del tipo P-47D-35RA, aparatos con mínimas diferencias internas con respecto a los P-47D-30RA usados en Filipinas, sin embargo hay fuentes que afirman, e incluso fotos en las que se aprecia información rotulada en los aviones (conocida como “stencil”) indicando que los aparatos usados en México fueron del bloque –30, aunque es muy probable que esas marcas hayan sido pintadas con plantillas traídas por los mecánicos como parte de su equipo desde el lejano Oriente. Como sea, las características técnicas y apariencia exterior de los P-47D de los bloques de producción –30 tardío y –35 son idénticas (cabe mencionar que pilotos mexicanos del Grupo de Reemplazos de la FAEM se adiestraron en EU volando también la versión P-47D-40RA del Thunderbolt).

Estos aviones fueron puestos a cargo del Escuadrón Aéreo de Pelea 201 del 1er. Grupo Aéreo, con asiento en Balbuena (y posteriormente en el Puerto Aéreo Central), al que también pertenecía el Escuadrón 208, equipado con bombarderos en picada Douglas A-24B Banshee y entrenadores armados North American AT-6. El Cap. Reynaldo Pérez Gallardo fue nombrado comandante del Escuadrón 201 en octubre de 1948, sucediendo a Radamés Gaxiola, hasta principios de 1950 en que el mando se asignó al mayor Amador Sámano Piña, todos veteranos de la guerra del Pacífico.

El Escuadrón decoró sus aparatos con la figura blanca en el morro, descrita como “pétalos” o “corona”, herencia del Grupo de Pelea 58 de la USAAF junto al que pelearon en Filipinas e identificó a cada avión con matrículas en el empenaje del número 1001 al 1025 acompañadas de las siglas PZT, que de conformidad con el sistema utilizado por la FAM para clasificar sus aeronaves significaba “Persecución de Zona Thunderbolt” (sistema por cierto lleno de errores, ya que unas aeronaves se clasificaban por misión y marca y otras por modelo).

El 201 naturalmente se convirtió en la unidad de “élite” de la FAM y sus grandes monomotores pronto recibieron marcas coloridas, empezando por bandas en alas, fuselaje y timón en los colores de las tres secciones en que estaba organizado (roja, azul y amarilla), salvo el aparato del comandante, el PZT 1016, que llevaba las bandas rojo-vino en diagonal y fue el primero en recibir marcas personales, en este caso le pintaron la caricatura de un anciano vestido de charro con dos enormes revólveres desenfundados, así como el nombre “Panchito” sobre la cubierta del motor.

Casi todos los aviones recibieron marcas personales o nombres, incluyendo dibujos de caricaturas (el llamado “nose art”), aunque hacia el final de su carrera se abolió esta práctica, dejando como marca estándar una rodela blanca de generosas dimensiones en el fuselaje con un gallo de pelea (no el personaje de Disney) y la leyenda Escuadrón de Pelea 201, que al final se cambió por la figura del famoso personaje de Disney “Pancho Pistolas”, que se adoptó como mascota del Escuadrón. (Para una relación de las marcas personales aplicadas a los P-47 de la FAM, ver el cuadro anexo).

En un principio, las operaciones de estos cazas en el valle de México fueron escasas y era común su despliegue en Las Bajadas, Veracruz, e incluso en Guadalajara, Jalisco (sede de la Escuela Militar de Aviación) donde se realizaba el entrenamiento de los pilotos, cuya transición incluía 5 hrs en A-24 y 10 hrs en AT-6, este último generalmente piloteado desde el asiento trasero y aterrizado “limpio”, es decir, sin aletas hipersustentadoras, para preparar a los oficiales en lo que podían esperar al subir a este veloz monoplaza de descomunal nariz, del cual no existía versión de doble control.

Cabe señalar la anécdota de que el P-47 usado para “soltar” a los pilotos en su primer vuelo solo (tras demostrar que conocían la disposición de la cabina incluso con los ojos vendados) tenía pintada por encima de las alas la cita “¡cuidado cuello de hule!”, para recordar a su novel tripulante el extremar sus precauciones (los pilotos de caza constantemente deben escudriñar el cielo en busca de adversarios, de ahí el término “cuello de hule”). El entrenamiento de un piloto de P-47 constaba de 50 horas de vuelo, que incluía transición de ingeniería, formación, acrobacia, combate individual, combate por elementos, ametrallamiento con cámara, bombardeo y navegación.

Para principios de 1947 se tenían 17 aviones de base en la ciudad de México y 8 en Guadalajara; la base del Escuadrón se alternaba por temporadas entre Las Bajadas y Balbuena, aunque la pista de esta última no era empleada normalmente, por su corta longitud.

Estos aviones, cuyo empleo estaba reservado directamente al alto mando de la Defensa (como en la actualidad con los F-5), en su mejor momento volaron más que sus colegas de otros escuadrones (806 horas durante 1950) pero gradualmente se fue agotando la dotación de refacciones con que se contaba, y pese a que se ha dicho que su mantenimiento en general era más sencillo que el de otros aviones que usaba la FAM en ese entonces, sufrieron muchos problemas con sus complejos supercargadores y el costo de operación se hizo muy caro, lo que sumado a los fuertes recortes presupuestales de la posguerra, hizo que empezaran a considerarse inviables por lo que desde tan temprano como 1950 se intentó venderlos; se dice que Israel los quería, pero es un hecho que hubo interés por parte de Perú en julio de ese año y en enero de 1951 se intentó también venderlos, a $15,500.00 dólares c/u, a República Dominicana, pero ninguna de las negociaciones pudo concretarse por oposición del gobierno norteamericano, ya que los créditos del “Lend-Lease” con México no estaban totalmente cubiertos.

Para mediados de 1954 por accidentes y canibalismo sólo sobrevivían 12 aviones, y para 1957 sólo quedaban 9, por lo que se hizo necesario pensar en un reemplazo, y aunque hubo interés por adquirir el también legendario North American P-51 Mustang (hubo incluso negociaciones anteriores intentando canjear los P-47s por P-51s) y el gobierno estadounidense puso a disposición de la FAM desde octubre de 1950 nada menos que 35 “pecuas” adicionales, este noble caza vino a ser relevado por un aparato menos belicoso, pero no menos voluminoso, el entrenador avanzado North American T-28A Trojan, del que los primeros 8 ejemplares arribaron en agosto de 1958.

Al final de su vida, los últimos sobrevivientes del P-47 en la FAM perdieron el brillo natural de sus fuselajes y recibieron una pintura gris claro y después, como todos los monomotores tácticos, un recubrimiento enteramente verde olivo pardo, con bandas de identificación en alas y fuselaje de color amarillo-naranja, así como el color del Escuadrón (verde claro) en la parte fija vertical del empenaje, esquema que lucían cuando vino la orden de su desactivación el 1º de junio de 1958. Sin embargo, acontecimientos inesperados darían a los Thunderbolt de la FAM una última misión en defensa de la patria...

Pocos días después de tomar posesión de la Presidencia de México el Lic. Adolfo López Mateos, el 31 de diciembre de 1958 cazas P-51 Mustang de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) sorprendieron a pesqueros mexicanos en sus aguas, violación que fue manejada con irresponsable violencia ya que los aviones atacaron a la embarcación “San Diego”, ocasionando la muerte de un civil desarmado y como consecuencia el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre México y Guatemala, llegando ambos países al borde de la guerra.

Se ha dicho que la FAG era muy superior a la FAM y que tal circunstancia inclinaba la balanza a favor de Guatemala, lo cual es totalmente falso, ya que ésta, aunque disponía (dependiendo la fuente consultada) de alrededor de 20 cazas P-51 operativos, carecía del equipo e infraestructura militar para sostener un conflicto con un ejército de 50,000 hombres como el que tenía entonces México, dotado de artillería de 105 mm, vehículos blindados y un batallón de fusileros paracaidistas, además de una fuerza aérea numéricamente muy superior, ya que en enero de 1959 la FAM contaba con 122 aviones capaces de portar armamento y listos para entrar en acción (32 T-28 Trojan, 54 AT-6 Texan, 25 Beech AT-11, 2 B-25 Mitchell, 6 A-24 y 3 P-47), además de numerosos aparatos de enlace, reconocimiento y transporte, entre ellos al menos nueve Douglas C-47 así como 8 anfibios PBY Catalina navales.

Es evidente que la corta distancia entre la frontera con México y las principales bases y ciudades guatemaltecas favorecían una victoria relativamente fácil para los mexicanos, que aunque buscaban la solución diplomática del conflicto, no descartaban la acción militar, aunque al parecer al Presidente de la República se le ocultó el hecho de que no se contaba con cazas capaces de neutralizar las acciones que los Mustang de la FAG alcanzaran a realizar, aún en el caso de una guerra “relámpago” y total.

El capitán Carlos Garduño Núñez, un piloto de P-47 veterano de la guerra del Pacífico, entonces piloto presidencial, se acercó al Lic. López Mateos y le manifestó su inquietud sobre los P-51 guatemaltecos, a lo que el Presidente le comentó que estaba tranquilo pues tenían “más de 30 aviones de combate nuevecitos” por lo que Garduño se aprestó a informar al Prime Mandatario que los aviones en cuestión, los T-28, eran de entrenamiento y su armamento apenas limitado al ataque ligero al suelo, prácticamente nada frente a un P-51 en combate aéreo. El enojo del Presidente fue tal que destituyó al general Alfonso Cruz Rivera como jefe de la FAM y encargó tal tarea al aguerrido y prestigiado general Roberto Fierro Villalobos en abril de 1959, quien se abocó a la tarea de adquirir aviones de combate adecuados para contrarrestar a los Mustang, comprando los primeros aviones a reacción para la FAM, en la forma de los cazas deHavilland Vampire, con los que se creó el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 200.

Regresando a la historia del querido “Pecua”, al momento de la crisis con Guatemala se puso en marcha un programa de recuperación que permitió poner operativos tres de los viejos cazadores, reviviéndolos del letárgico abandono, además de que las poderosas ametralladoras Browning M3 calibre 0.50” que pertenecieron a estos aviones sirvieron para artillar de sobra a todos los T-28s.

La razón y la diplomacia afortunadamente se impusieron y no hubo necesidad de que los últimos P-47 tuvieran que entrar en combate, pero gracias a este último esfuerzo pudieron ser conservados los dos mejores ejemplares, uno de ellos como monumento a los caídos del Escuadrón 201, erigido en la Base Aérea Militar #1 en Santa Lucía y el otro en el Colegio del Aire, en Zapopan, Jalisco, aunque el primero fue embodegado tras la injusta demolición del histórico monumento en 1999, aunque a finales del año 2004 se puso de nuevo en otro pedestal en la misma Base, mientras que el otro avión pasó una temporada exhibido en el jardín de la Comandancia de la FAM en la ciudad de México para regresar de nuevo a Jalisco, a formar parte del Museo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos en el cuartel de “La Colorada”.

Estos dos últimos “rayos”, ahora con sus otrora briosos motores en silencio, se yerguen apacibles, como hermosos monumentos a la era de los más famosos pilotos de caza de México.

En el próximo número de América Vuela publicaremos la segunda parte de este trabajo, dedicado enteramente a las características técnicas del P-47 y a los esquemas y decorados que lució al servicio de la FAM.

LOS DEMAS CAZADORES...

La aviación militar en México se ha inclinado siempre por aviones polivalentes, principalmente biplazas, para cubrir sus necesidades desde el entrenamiento avanzado y el reconocimiento hasta el combate, optimizando los costos de operación, el mantenimiento y la capacitación, y aunque en la actualidad el avión de combate es realmente la expresión máxima de la polivalencia, al ser capaz tanto para el combate aire-aire como del ataque a tierra y el reconocimiento, los cazas puros siempre han capturado poderosamente la atención del público y la FAM, por una u otra razón a lo largo de su historia, no se ha excluido de operar este tipo de aeronaves.

Los primeros aviones en México en ser dotados con ametralladoras fueron los monoplanos de ala parasol de construcción nacional Serie H, que se dotaron de armas automáticas de 7.62 mm Madsen y Rexer (esta última una poco conocida copia inglesa bajo licencia, de la ametralladora ligera danesa Madsen) en 1917, mismos que son prácticamente idénticos a los Morane-Saulnier Tipo L de principios de la Primera Guerra Mundial y que son clasificados generalmente como cazas, por lo que el Serie H puede ser considerado el primer caza mexicano, aunque los Talleres Nacionales de Construcciones Nacionales construyeron el prototipo de un auténtico caza, el Serie C, en 1918, avión conocido como el “Microbio” o el “Microplano Veloz”, equipado con motor Hispano-Suiza de 150 CV que desafortunadamente no fue producido en serie.


La embrionaria industria aeronáutica mexicana proyectó en 1918 la creación de un auténtico avión de caza para la FAM, el Serie “C”, que recibió el mote de “Microplano Veloz”.

A principio de la década de los 20 se adquirió un Sopwith 1/2 Strutter, que aunque es un biplaza multirrol está clasificado internacionalmente como caza, así como un Ansaldo A.1 Balilla, este sí un auténtico monoplaza de combate, los que junto al aerodinámico monoplano experimental de un asiento Lascurain “Tololoche” 3-E-130 fueron lo más parecido a cazas en México hasta 1927, pese a que existió formalmente un Escuadrón de Caza. En ese año se adquirieron 10 Bristol Fighter F.2B, si bien clasificados como cazas por el fabricante, eran también biplazas multipropósitos.


La aviación militar mexicana siempre ha tenido predilección por usar aviones biplaza multirrol, principalmente entrenadores avanzados, como aparatos de combate, aunque algunos de ellos han sido clasificados como “cazas”. Tal es el caso del Bristol Fighter de la foto, que sirvió con el 1er. Regimiento Aéreo, entre 1927 y 1935.

La FAM contó con una gran variedad de aviones y aunque la firma Solar, constructora de unos sesquiplanos de pasajeros que tuvieron cierto éxito en México, ofreció el diseño de su caza FS-10 para la FAM, fue hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial que se tomó en serio la necesidad de obtener este tipo de equipo. La firma Canadian Car & Foundry ofreció a la FAM su modelo biplano G-23, aparato basado en los Grumman FF-1 y SF-1, que había sido exportado a España, enviando un ejemplar a México para evaluaciones, negociándose incluso su fabricación en el país, los que, aunque también eran biplazas polivalentes, la fábrica etiquetaba y promovía como cazas. Sin embargo nunca se concretó el tan publicitado pedido por 15 de estos aparatos y durante la guerra se negoció, sin éxito, que en México se produjera el Republic P-43 Lancer, este sí un verdadero caza, aunque en el momento, ya obsoleto y predecesor del famoso P-47 Thunderbolt, el cual sería el primer caza monoplaza utilizado como dotación de un escuadrón en la FAM.


El primer caza a reacción que operó la FAM fue el pequeño y ágil deHavilland Vampire F.Mk 3, con el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 200. El ejemplar de la foto, decorado con amenazadoras fauces, número económico 6, número de construcción EEP42396, estuvo en servicio entre 1961 y 1967.

Como hemos visto, el legendario P-47 fue reemplazado por el primer avión a reacción de la FAM, el deHavilland Vampire F.Mk 3, armado con cuatro poderosos cañones de 20 mm y del que se recibieron 15 ejemplares en 1961, aunque tuvieron una vida muy corta, pues en 1967 se suspendió su uso.

Durante la década de los setenta se analizó la posibilidad de dotar a la FAM con un nuevo avión de caza, llegándose muy cerca de un trato para la adquisición del avión israelí IAI Kfir, pero tras casi 15 años sin capacidad de defensa aérea, por fin llegaron al país, el 10 agosto de 1982, los dos primeros de un total de 10 monoplazas supersónicos Northrop F-5E Tiger II y dos biplazas F-5F para equipar el Escuadrón de Defensa 401. Estos aviones han servido por más de 20 años en la defensa del espacio aéreo mexicano, pasando tanto momentos brillantes como trágicos, y sin duda servirán por muchos años más, esperándose que muy pronto sean complementados con más F-5 de segunda mano.

REPUBLIC P-47D-35RA THUNDERBOLT que sirvieron en la FAM, relacionados con los nombres con que se bautizaron. Se sabe de aviones bautizados “Mindanao”, “Mandinga”, “Zanate” y quizá “Jujuzarat” y “Luzón”, pero los autores no han podido relacionar estos nombres con el avión en particular. Todos los aviones fueron marcados con las letras PZT en el empenaje.

Matrícula FAM No de serie USAAF Nombre
100144-90194 
100244-90180CIGARRA
100344-90210 
100444-90183BICHA
100544-90008 
100644-90165 
100744-90170 
100844-90196BICHA
100944-90198 
101044-90199LINDA
101144-90202 
101244-90205FANTASMA
101344-90209 
101444-90211 
101544-90214EXOTICA
101644-90217PANCHITO
101744-90226 
101844-90049TRUCUTU
101944-90190ARACUAN
102044-89945LISI
102144-90185 
102244-89992ADELE
102344-90192MARTHA
102444-90204 
102644-90208 

 

2a Parte

En el número anterior publicamos la historia del Republic P-47D Thunderbolt en la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), en una primera parte enfocada a su uso operativo. Ahora, en esta segunda entrega, mostramos la evolución de los colores y marcas que tuvieron dichos aviones a lo largo de su vida útil, trabajo inédito producto de las investigaciones del profesor Mardonio Islas Pérez, quien agradece la información recibida durante muchos años por parte del Ing. José Villela Gómez, Josafat Muñoz Carrillo y Gabriel García. Las ilustraciones para este artículo, basado en bocetos del profesor Islas, fueron realizadas especialmente para los lectores de América Vuela por el arquitecto Ihuitl Maldonado.


Los P-47D Thunderbolt de la FAM llegaron en diciembre de 1945 en el típico acabado metálico natural del US Army Air Force, con panel antirreflejante verde olivo mate y las insignias tricolores en seis posiciones, así como timón de dirección con los colores nacionales. Al estilo americano llevaban en el plano fijo vertical el número de serie como única marca de identificación, aunque de inmediato aparecieron en algunos aviones las famosas “coronas” blancas en sus trompas y sobre ellas números económicos FAM


Para 1946 el serial americano ya había sido reemplazado por la identificación mexicana PZT y los números 1001 a 1025 en el empenaje, cuyos últimos dígitos se repetían sobre las “coronas” o “pétalos”, la típica forma de picos alrededor de la parte frontal del anillo del motor, que fue aplicada con pintura blanca a todos los aviones y delineada con color rojo.


El Escuadrón de Pelea 201 fue organizado en tres secciones de ocho aviones cada una, más el avión del comandante del Escuadrón. Cada sección se bautizó con un color: roja (rojo amaranto), amarilla (amarillo cromo) y azul (azul medio), siendo este color aplicado en el morro de un avión por sección como se aprecia en la ilustración, aparentemente en las máquinas de los líderes. La máquina 1016, asignada al comandante del Escuadrón, portaba bandas color rojo-vino de forma diagonal, tanto en alas como fuselaje. Las marcas descritas evidentemente ayudaban en el ensamble y mantenimiento de formaciones en vuelo.


Para mayor identificación de los aviones se les aplicó en negro en el fuselaje su número económico, a principios de 1948, como se aprecia en la máquina PZT 1005 aquí ilustrada.
Fue en este momento que empezaron a aparecer las marcas personales, aunque el avión del comandante del Escuadrón, el PZT 1016, desde antes ya portaba el nombre “Panchito” en el morro y la caricatura de un anciano vestido de charro (figura erróneamente confundida con el personaje de Disney “Pancho Pistolas”).


Inspirados por “Panchito” se inició la práctica de poner nombre a los aviones, tales como “Cigarra”, “Trucutú” o “Exótica” (la lista de nombres aparece en la edición anterior de América Vuela, página 45). En este caso la máquina 1022 recibió el nombre de “Adele” y en vez de la corona, toda la cubierta de su motor fue pintada de blanco, rasgo que sólo compartió con la máquina 1010 bautizada “Linda”, por razones tan desconocidas como el hecho de que los aviones 1023 “Martha” y 1019 “Aracuán” fueron totalmente pintados de color blanco o gris muy claro.


Posteriormente, a finales de 1948, la apariencia de estos aviones se hizo más vistosa, pues se agregaron bandas en fuselaje, alas y plano vertical en los colores de la sección a la que pertenecían, además del llamado “nose art”, en la forma de caricaturas y dibujos especiales para cada aparato, como el caso de “Lisi” con el dibujo de una flor de lis y la curiosidad de que el color de sus bandas se extendía por toda la superficie de los flaps. Este avión fue uno de los mejor mantenidos estéticamente hablando, siendo exhibido en la Exposición Objetiva Presidencial de 1949 en el desaparecido Estadio Nacional, donde aparentemente sus bandas fueron pintadas de mayor tamaño y en color blanco.



Cabe mencionar que las marcas se aplicaban gradualmente, por lo que no era raro que los aviones sirvieran con diferentes estilos de decorado entre sí, o en etapas intermedias a un decorado final. Un ejemplo de aparatos totalmente terminados son “Linda” y “Fantasma”, ambos de la Sección Azul, el segundo decorado con una caricatura y el primero con un gallo de pelea sobre un cuadro de color amarillo, motivo que se convertiría en el escudo del Escuadrón. En 1951 la Secretaría de la Defensa Nacional ordenó eliminar todas las marcas personales de los aviones.


Además de los nombres y dibujos se eliminó el uso de números económicos grandes en el fuselaje, pero se retuvieron las atractivas bandas de color, que incluso llegaron al “filo” de la corona blanca (que previamente en todos los casos había sido roja), aunque en poco tiempo despareció la sección Azul al no contarse con aviones suficientes. En este momento se unifica como emblema del Escuadrón un gallo de pelea rojo sobre una rodela blanca, que se pintó al frente de la cabina en todos los aviones.


El famoso personaje “Pancho Pistolas” apareció en los P-47 de la FAM, cerca del fin de su vida útil, como emblema sobre la rodela blanca, además, los aviones cambiaron su acabado metálico por un recubrimiento de pintura gris claro. Para 1954 se inicia la aplicación del color verde oscuro pardo a todos los monomotores de la FAM y aunque sólo quedaban 8 o 9 aviones operativos para 1957, en la parada militar del 16 de septiembre de ese año los aviones en color gris fueron los que volaron, mientras los ya pintados de verde se quedaron en tierra. A mediados de 1958 los Thunderbolt de la FAM fueron retirados del servicio.


El último esquema de los “pecuas” mexicanos fue este verde olivo, con franjas de identificación amarillas (comunes a todos los monomotores tácticos de la FAM) y el plano fijo vertical en un color asignado por Escuadrón, en este caso el verde claro o “pistache” que fue el correspondiente al 201. Sólo se sabe que recibieron este esquema cuatro aviones, los 1003, 1011, 1012 y 1016, aunque el 1011 fue el único terminado totalmente incluyendo el dibujo de “Pancho Pistolas”. Finalmente, se ha afirmado, sin que exista evidencia fotográfica a la mano, que durante el conflicto con Guatemala los tres aviones reactivados recibieron apresuradamente un camuflaje que incluía tonos grises y arena sobre los esquemas ya existentes.

3ª Parte

Esta tercera parte sobre la historia del uso en México del famoso cazabombardero Republic P-47D Thunderbolt por la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) complementa el trabajo aparecido en las dos ediciones anteriores de América Vuela, con más fotos de nuestro archivo histórico, integrado por material original del Ing. Adolfo Villaseñor, el Ing. José Villela, el Cap. Arturo de la Torre y el maestro Mardonio Islas, así como con ilustraciones de Enrique Lira.


Dos P-47 mexicanos fueron preservados, uno de ellos, el PZT 1003, en principio formó parte de un hermoso monumento (ahora desaparecido) a los pilotos caídos de la FAEM, que vemos aquí sobrevolado por los aviones T-28 que los reemplazaron. El avión se pintó rememorando el esquema usado en Filipinas pero sin las insignias norteamericanas. Aunque este aparato se conserva como el PZT 1003 en esquema de principios de los años 50, es una gran pena que el monumento original, erigido en la Base Aérea Militar No. 1 en Santa Lucía, haya sido destruido.

Estas imágenes muestran más detalles sobre el aspecto de estos notables aviones en la FAM, y ya que en la edición pasada mostramos las reglas generales de la evolución en el decorado que recibieron, ahora los perfiles a color se enfocan también en los ejemplares raros o excepcionales. Cabe aclarar que en los perfiles de los aviones mostrados tanto en esta edición como en la anterior, se omitieron los portabombas de las alas para facilitar mostrar los esquemas, aunque dichos portabombas se usaron habitualmente hasta principios de 1956, como se observa en las fotografías.


Recién llegados los P-47 a la FAM a finales de 1945, recibieron el famoso decorado de corona blanca en la trompa, figura heredada de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM), que a su vez la tomó del famoso Grupo 58 de la 5ª Fuerza Aérea del Ejército de Estados Unidos, al que perteneció durante la Guerra del Pacífico. Aunque la FAM ya empleaba un sistema de matrículas con letras y números, como se aprecia en la foto, se mantuvo en principio el número de serie como identificación en la deriva de cada aparato. La foto muestra también que la máquina en primer plano, la “210”, no tenía la corona delineada en rojo como fue habitual (quizá por no estar terminado el trabajo de pintura) mientras que la máquina que está detrás sí cuenta con este detalle.


Curiosamente, bien entrados en 1946, todavía muchos “Pecuas” no habían recibido la marca de picos blancos en la nariz ni los números económicos sobre ellas, como se aprecia en esta foto, donde sólo uno, de una línea de al menos seis aviones del Escuadrón 201 la lleva.


A inicios de 1946 se les dio a los aparatos la usual matrícula compuesta por letras indicando el tipo de aeronave, en este caso PZT por Persecución de Zona Thunderbolt, y un número en la serie del 1001 al 1025 que se aplicó como se aprecia en el empenaje, así como el número económico de cada aparato en la nariz. El sistema de matrícula de la FAM fue muy defectuoso, pues mezclaba nombres y marcas de aviones en sus iniciales y esto se complicaba cuando las letras pudieran coincidir por casualidad o porque se trataba de aviones de igual marca y propósito, como fue el caso del sucesor del P-47, el entrenador avanzado North American T-28, que por coincidir con las siglas EAN (Entrenador Avanzado North American) usadas en el AT-6, recibió matrículas que empezaban con “T-28”.


Como método para facilitar las formaciones, el avión del líder de cada una de las tres escuadrillas que formaban el 201 llevaba pintada la característica “corona” en el color específico, como es el caso del PZT 1017 que aparentemente la lleva en color azul, aunque pudiera ser amarillo. En la 1ª parte de este artículo publicamos una foto del PZT 1003 (América Vuela # 101, página 34) que lleva también la “corona” pintada de un color aún más oscuro, que pensamos en principio era amarillo, pero que bien puede ser azul claro. De cualquier modo, siendo uno de los aviones el líder amarillo y el otro el azul o viceversa, también es posible que diferentes aviones hayan tenido el cargo de ser el avión del líder de escuadrilla en diferentes momentos.



Para distinguir al líder de todo el Escuadrón de Pelea 201, su avión recibió marcas en la forma de bandas inclinadas en color rojo, tanto en fuselaje como en las alas, honor que tocó al aparato 1016, que como se aprecia en las imágenes, fue el primero en recibir una marca personal en la forma de una rodela con la caricatura de un anciano de blancas barbas vestido de charro y desenfundando sus pistolas, cuando el comandante era el capitán Reynaldo Pérez Gallardo. Ha sido común confundir esta figura con el personaje de Disney “Pancho Pistolas”, un tanto por haber sido realmente mascota del Escuadrón 201 de la FAEM en Filipinas, otro tanto por haber sido escudo oficial del 201 desde el fin de uso del P-47 hasta nuestros días y tanto más porque este mismo avión fue posteriormente bautizado “Panchito”, como se aprecia en una de las fotos y el perfil a color, cuando ya era comandante del Escuadrón el mayor Amador Sámano Piña.


Dicen que la excepción confirma la regla y en el caso del decorado de los p-47 de la FAM el avion PZT 1019 es excepcional, por estar totalmente pintado de blanco, en vez de común acabado aluminio natural. Por lo demás sus marcas son las de rigor, incluyendo el nombre en la trompa y la caricatura de "cuervo espantapájaros". una teoria del porqué de este aeroplano recibió el inucial recubrimiento es que su fuselaje y alas empezaron a sufrir defectos de la corrosión tras haber permanecido una temporada larga en la zona salina de Las Bajadas, Veracruz.



La etapa más colorida de los Thunderbolt en la FAM fue entre 1948 y 1951, cuando ostentaban bandas en fuselaje y alas del color de la escuadrilla a la que pertenecían así como nombres y caricaturas, como en este caso el PZT 1015 “Exótica” con una caricatura de la famosa bailarina del cine mexicano “Tongolele”. Por supuesto cada nombre en los aviones estaba asociado a la personalidad de los tripulantes, anécdotas y aventuras de los mismos y se cuenta que el piloto de “Tongolele” salía con la hermosa estrella de cabaret, ¿será..? Un detalle adicional que se puede apreciar en la foto es que en este periodo los P-47 de la FAM no llevaban el clásico acabado de las hélices con puntas amarillas, sino una variedad de bandas en las palas, cerca de la punta, generalmente predominando los colores de la escuadrilla.


Otro esquema inusual fue el que recibió “Lisi”, PZT 1020, que para la Exposición Objetiva Presidencial en 1949 llevó bandas blancas en vez de amarillas y de mayor anchura de lo normal. Esto se debió a que, por participar en una exhibición pública en el Estadio Nacional, se consideró que representaba a todo el Escuadrón y que llevara el color emblemático del mismo (el blanco de las “coronas”) y no el de una escuadrilla en particular.




En 1952 se estandarizó el esquema del decorado del Escuadrón 201, usando el Gallo de Pelea como emblema y básicamente se contó con dos escuadrillas, la roja y la azul, como puede apreciarse en estas imágenes. Nuestro amigo Arturo de la Torre (qepd) aparece posando junto a la máquina 1006 que muestra, además del filo alrededor del triángulo de la FAM, en aluminio para evitar que se “pierda” en la banda roja, la inusual ausencia de las letras PZT en el plano fijo del timón. Nótese que en todos los casos las bandas de escuadrilla llevaban filos negros y que en esta etapa los aviones cambiaron el rojo por el color de la escuadrilla en el filo que delínea la “corona” del morro.





En ocasión de la inauguración del nuevo edificio terminal del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en julio de 1954, se tuvo la oportunidad de disfrutar de una impresionante demostración de los cazas P-47 de la FAM, incluyendo veloces vuelos rasantes que se aprecian en estas fotografías, así como a uno de los aparatos, rodando en tierra ¡que perdió la cubierta de su cabina!




Finalmente “Pancho Pistolas” apareció como emblema oficial del Escuadrón de Pelea 201 alrededor de 1956, junto con un esquema de pintura gris claro mate para proteger un poco sus estructuras de los estragos de la intemperie. Casi al mismo tiempo se ordenó que los aviones recibieran un acabado enteramente verde olivo con bandas amarillas, el cual fue aplicado tardíamente (mediados de 1957) y al parecer sólo a los cuatro aparatos de la Escuadrilla Amarilla, ya que al momento de su retiro, en 1958, los cuatro aparatos de la Escuadrilla Roja permanecían en color gris. Cabe mencionar que la rodela blanca, con el personaje de Disney como emblema del Escuadrón, aparecía en ambos lados del fuselaje, aunque este dibujo no se terminó en todos los aparatos verdes, por lo que quedaron sólo con los círculos blancos.



Otro avión preservado es el PZT 1012, actualmente en el Museo del Ejército y la FAM en el cuartel Del Colorado, en Jalisco, estuvo hasta hace pocos años preservado en el Colegio del Aire, en Zapopan, primero en el esquema final enteramente verde olivo mate y después en este esquema “de fantasía” en un camuflaje que incluye arena sobre el verde y las zonas inferiores en azul claro. Si bien este decorado no fue utilizado durante la vida útil del venerable P-47 en la FAM, salvo por el azul, ésta pudiera haber sido una apariencia muy cercana a la que tuvo el avión, de ser cierto que se le aplicó pintura de camuflaje lavable gris o arena sobre los acabados que ya tenía durante la crisis con Guatemala en 1959, más o menos como se aprecia en esta ilustración “imaginaria”, ya que no se ha podido confirmar la veracidad de este suceso.


Por último mostramos una fotografía que puede causar polémica, se trata del PZT 1008, uno de los últimos ejemplares que quedaron operativos, retratado a fines de 1959, sin armamento y antes de pasar al desguace. Un examen detallado revela en el avión manchas y residuos en un patrón que parece el dejado por pintura lavable oscura aplicada cerca del morro, bajo la parte trasera de la cabina y en el empenaje, lo que podría concordar con la versión de que este avión recibió pintura lavable arena-marrón (o quizá verde) en un patrón combinado con su color gris para camuflarlo temporalmente, junto con dos aviones verdes que recibieron lo propio con pintura gris o marrón. Esta foto tal vez esconda la respuesta al enigma de los P-47 camuflados de la FAM


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